¿Puede un recorte de sueldo dañar su salud?

Por Michael Merschel, American Heart Association News

Daniel Grill/Brand X Pictures, Getty Images
(Daniel Grill/Brand X Pictures, Getty Images)

Read in English

COVID-19 presenta bastantes amenazas directas para la salud de los estadounidenses. Sin embargo, con las crecientes dificultades económicas, el coronavirus podría también posar una amenaza indirecta a través de los sueldos disminuidos.

Estudios recientes han relacionado cambios drásticos de ingresos con problemas del corazón posteriores. Por ejemplo, un estudio de 2019 publicado en el boletín Circulation de la American Heart Association, encontró que el riesgo de tener un ataque del corazón o cerebral u otras enfermedades cardiovasculares, o de fallecer por esos motivos, aumentó más del doble en adultos jóvenes que tuvieron varias bajas de ingreso durante un periodo de 15 años, comparados con personas con sueldos constantes. Otro estudio de 2019 en Neurology, encontró que volatilidad del ingreso durante los años pico del rendimiento salarial se relacionó con una función cerebral reducida a la mediana edad.

Es importante lo que esto implica para quienes perdieron su empleo recientemente, dijo Adina Zeki Al Hazzouri, profesora asistente de epidemiología en Columbia Mailman School of Public Health en Nueva York.

"Los cambios súbitos de ingreso como los que acompañan la pandemia, junto con cualquier inestabilidad o dificultad económica, tienen la probabilidad de ocasionar consecuencias de salud negativas", dijo Zeki Al Hazzouri. La doctora es coautora de ambos estudios recientes, los cuales observaron información del estudio CARDIA de larga duración relacionado con el desarrollo de riesgos de las arterias coronarias en adultos jóvenes.

Esas consecuencias son diferentes a las conexiones bien establecidas entre la pobreza y la mala salud, dijo el Dr. Edward Havranek, director de medicina del Denver Health Medical Center en Colorado. Incluso, aunque no sean claras las razones exactas del vínculo entre los sueldos desplomados y los problemas de salud posteriores, es obvio que uno de los sospechosos es el estrés.

"Nuestras obligaciones siguen siendo las mismas aunque disminuya nuestra riqueza", dijo Havranek. La hipoteca no cambia. El pago del coche no cambia. Eso es estresante y el estrés tiene consecuencias físicas.

"Cuando se tiene estrés psicológico se disparan hormonas y cambian las señales del sistema nervioso. Se trata de todas las cosas que con el tiempo ocasionan inflamación en los vasos sanguíneos, alta presión arterial y los elementos que sabemos que ocasionan enfermedades cardíacas", agregó.

Sin embargo, Havranek mencionó que la conexión entre las bajas de ingreso importantes y los problemas del corazón tiene más capas que estas.

Por ejemplo, para la mayoría de los estadounidenses, el seguro médico va vinculado con el empleo. "Entonces, si disminuye su ingreso, sobre todo por tratarse de una pérdida de empleo, muchas personas pierden el acceso a su fuente usual de atención médica; no toman sus medicinas, no acuden a consultas de seguimiento y titubean en acudir al médico a la primera señal de problemas, luego tienen más enfermedades del corazón y peores resultados".

Havranek escribió un comentario sobre un estudio de 2019 con el cual se observó el tema. Dicho estudio, en JAMA Cardiology, relacionó las bajas de ingreso durante un periodo de seis años con un mayor riesgo de ataque cardíaco o cerebral a lo largo de 17 años. Sin embargo, un aumento de ingresos durante ese mismo tiempo mostró un riesgo significativamente menor de tener enfermedades del corazón. Lo anterior se observó después de que los investigadores tomaran en cuenta factores sociales y demográficos y conductas de salud.

Los autores también indicaron que tener seguro médico podría ser un factor influyente. Otras posibilidades: alguien que súbitamente gane menos dinero podría comenzar a comer alimentos menos saludables. Podrían apoyarse en conductas no muy sanas para lidiar con la situación, como fumar o beber alcohol en exceso. Un cambio importante de ingresos también podría ser señal de otro factor que puede afectar la salud cardíaca, como en el caso de un matrimonio o divorcio, o la muerte de un cónyuge.

La investigación se ha enfocado en los grandes cambios de ingreso. En el estudio de JAMA Cadiology, por ejemplo, el daño se observó con recortes de un 50%.

"No se trata de una situación de haber trabajado 40 horas y reducirlas a 36", dijo Havranek. "Es más bien haber trabajado 40 horas semanales y luego no tener nada en un mes".

Para proteger a las personas de los cambios súbitos, Zeki Al Hazzouri dijo que los gobiernos deberían considerar políticas para ayudar a quienes sufren de dificultades económicas.

De la misma forma, Havranek enfatizó la importancia de asegurar que las personas con dificultades puedan mantener su seguro médico. Sin embargo, añadió, las personas también pueden tomar pasos a nivel personal para mitigar el daño.

Alguien que atraviesa una crisis económica se enfocará en sus necesidades inmediatas: "Tengo que encontrar empleo. Debo lidiar con todos estos otros problemas económicos", indicó. "Eso es lo que se tiene enfrente. Es donde se enfoca todo el tiempo".

No obstante, Havranek sugiere que personas en situaciones tan duras traten de reservar por lo menos parte de su energía mental para pensar a largo plazo: tener cuidado con el consumo del alcohol, resistir cualquier tentación de comenzar a fumar o volver a hacerlo, pensar en hacer ejercicio y no descuidar sus problemas de salud.

"Algo que realmente vale la pena es recordar que aunque las cosas estén terribles, los malos tiempos también han pasado anteriormente", dijo. "Hay que planear que pase eso".

Si tiene una pregunta o un comentario sobre este artículo, por favor mande un correo electrónico a [email protected]


American Heart Association News Stories

American Heart Association News covers heart disease, stroke and related health issues. Not all views expressed in American Heart Association News stories reflect the official position of the American Heart Association. Statements, conclusions, accuracy and reliability of studies published in American Heart Association scientific journals or presented at American Heart Association scientific meetings are solely those of the study authors and do not necessarily reflect the American Heart Association’s official guidance, policies or positions.

Copyright is owned or held by the American Heart Association, Inc., and all rights are reserved. Permission is granted, at no cost and without need for further request, for individuals, media outlets, and non-commercial education and awareness efforts to link to, quote, excerpt from or reprint these stories in any medium as long as no text is altered and proper attribution is made to American Heart Association News.

Other uses, including educational products or services sold for profit, must comply with the American Heart Association’s Copyright Permission Guidelines. See full terms of use. These stories may not be used to promote or endorse a commercial product or service.

HEALTH CARE DISCLAIMER: This site and its services do not constitute the practice of medical advice, diagnosis or treatment. Always talk to your health care provider for diagnosis and treatment, including your specific medical needs. If you have or suspect that you have a medical problem or condition, please contact a qualified health care professional immediately. If you are in the United States and experiencing a medical emergency, call 911 or call for emergency medical help immediately.