Después de COVID-19, los expertos recomiendan que estemos atentos a estos posibles problemas del corazón y el cerebro

Por Michael Merschel, American Heart Association News

Leestat/iStock a través de Getty Images
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COVID-19 trajo muchas sorpresas durante la fase inicial, y eso causó leves problemas a corto plazo para algunas personas y graves complicaciones para otras.

A largo plazo, podría ser igual de variable.

Los estudios están detectando posibles problemas del corazón y el cerebro hasta un año después de la infección con SARS-CoV-2, incluso en las personas que tuvieron síntomas leves de COVID-19.

Los posibles efectos a largo plazo incluyen "una infinidad de síntomas que afectan distintos órganos", dijo el Dr. José Biller, director de la clínica de neurología sobre COVID-19 en Loyola Medicine en Maywood, Illinois. "Podrían ser los pulmones, podría ser cardiovascular, podría ser el sistema nervioso, podría ser la salud mental o problemas de comportamiento".

Las cifras estimadas varían ampliamente sobre cuántas personas podrían verse afectadas. La investigación sugiere que del 10% al 20% de las personas padece problemas a mediano o largo plazo por COVID-19, según la Organización Mundial de la salud.

Eso podría parecer un porcentaje pequeño, pero COVID ha afectado a cientos de millones de personas, dijo el Dr. Siddharth Singh, director de la clínica de cardiología post-COVID-19 en el Smidt Heart Institute de Cedars-Sinai Medical Center en Los Ángeles. Solamente en EE. UU., cerca de 80 millones de personas se han infectado con el coronavirus desde que empezó la pandemia a principios del 2020.

Existes muchas más preguntas que respuestas, incluso sobre quién corre el mayor riesgo de sufrir problemas post-COVID y cuánto tiempo podrían durar los efectos. Pero los expertos dicen que las personas que han padecido de COVID-19 deberían tener en cuenta los posibles riesgos siguientes:

Enfermedad cardíaca y derrame cerebral

Un estudio publicado en Nature Medicine en febrero concluyó que el riesgo de sufrir problemas cardíacos un año después de la infección de COVID-19 es "considerable".

Esos problemas cardíacos incluyen latidos irregulares, insuficiencia cardíaca (la incapacidad del corazón para bombear sangre adecuadamente), enfermedad coronaria (acumulación en las arterias que limita el flujo de sangre), ataques cardíacos y más.

El estudio incluyó a 153,760 veteranos estadounidenses, la mayoría de ellos son hombres y de raza blanca, quienes resultaron positivos de COVID-19 entre el 1 de marzo del 2020 y el 15 de enero del 2021, y sobrevivieron al menos 30 días. Estos se compararon con un grupo controlado de más de 5.6 millones de veteranos sin COVID-19.

Los investigadores hicieron modificaciones en caso de enfermedades preexistentes y encontraron que después de un año, quienes tuvieron COVID-19 tenían un 63% más de probabilidad de tener algún tipo de problema cardiovascular, lo que resultó en unos 45 casos adicionales por cada 1,000 personas.

Los riesgos fueron elevados incluso entre las personas que no tuvieron COVID-19 grave. Eso coincide con lo que Singh ha visto en su clínica post-COVID, la cual empezó a atender a pacientes en diciembre del 2020. "Muchos de los pacientes que hemos visto con síntomas a largo plazo tuvieron una enfermedad leve y se habían atendido en casa".

Singh también trata a muchas personas con síndrome de taquicardia postural ortostática, o "POTS" por sus siglas en inglés, la cual puede causar mareos, desmayos y palpitaciones cardíacas. "Estas palpitaciones mayormente suelen ocurrir cuando la gente está parada o sentada en posición vertical", dijo él.

En casos poco comunes, puede ocurrir una "inflamación intensa alrededor del corazón o en el corazón", dijo Singh.

El estudio de Nature Medicine también encontró un 52% más de riesgo de sufrir un derrame cerebral al año entre los sobrevivientes de COVID-19, o unos cuatro derrames cerebrales más por cada 1,000 personas.

Problemas cerebrales

Entre los 113 pacientes de Biller en la clínica de COVID a largo plazo, casi 3 de 4 reportaron la llamada niebla mental. "No les es posible realizar varias tareas al mismo tiempo y tienen dificultad para aprender nuevas habilidades", dijo Biller, quien también es jefe del departamento de neurología en la Stritch School of Medicine de Loyola University en Chicago.

Un estudio reciente de Nature con 785 personas entre 51 y 81 años de edad, concluyó que quienes padecieron COVID-19 perdieron más materia gris y se les encogió más el cerebro que quienes no lo padecieron.

Salud mental

Un estudio publicado en febrero en BMJ usó el mismo grupo de veteranos estadounidenses que el estudio de Nature Medicine y reveló un 35% más de riesgo de sufrir trastornos de ansiedad después de COVID-19, u 11 casos adicionales por cada 1,000 personas después de un año, en comparación con quienes no sufrieron de COVID-19. El riesgo de depresión fue ligeramente más alto.

Cuando los investigadores compararon a las personas que tuvieron COVID-19 y quienes tuvieron influenza, una vez más, el riesgo de trastornos de salud mental era considerablemente más alto con COVID-19.

"La salud mental está estrechamente enlazada con la salud cardiovascular", dijo Singh. Si alguien está ansioso o deprimido, "no va a hacer mucho ejercicio, no va a cuidar su dieta, no va a tomará control de su hipertensión y otros factores de riesgo, su sueño se afecta y eso puede impactar la salud cardiovascular, etcétera".

Él dijo que muchos sobrevivientes de COVID-19 también tienen dolores, tristezas y trastornos de estrés postraumático no resueltos, lo que puede contribuir a un descenso en la salud mental.

Fatiga

En la clínica post-COVID donde trabaja Biller, los pacientes a menudo describen que sienten una fatiga "insoportable". La fatiga fue el síntoma más común post-COVID que se reportó en una revisión de varios estudios publicada en agosto en Scientific Reports.

Qué puedes hacer

A pesar de que los riesgos a largo plazo de sufrir COVID-19 pueden ser reales, dijo Singh, no deberían preocupar terriblemente a la mayoría de las personas. En vez de eso, dijo él, es un buen momento para ser proactivos:

– Cuídate. "Muchos de mis familiares y amigos se enfermaron de COVID a principios de este año y el año pasado", dijo Singh. "Lo que les digo es que solo tengan un poco más de cuidado en cuanto a su salud cardiovascular y que se aseguren de que sus factores de riesgo cardiovascular estén bien controlados. Obviamente, si alguien tiene dolor de pecho, falta de aliento o palpitaciones, eso no debe ignorarse".

– ¿Persisten los síntomas? Consulta a un médico. "Una recuperación completa de la infección puede tardar de dos a seis semanas", dijo Singh. Pero si la gente tiene síntomas físicos y mentales persistentes después de cuatro a seis semanas, "es buena idea consultar con un médico".

– Pon atención al sueño. Los trastornos del sueño – que están asociados con los problemas cardíacos – pueden desarrollarse después de COVID-19, revela investigación. "No se puede dejar de subrayar la importancia de dormir bien", dijo Singh. Si estás teniendo problema, quizás sea necesario que consultes con un especialista.

– Mantente informado. A medida que la investigación continúa desenredando los misterios de COVID-19, la gente necesitará información confiable. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades ofrecen actualizaciones con regularidad acerca del coronavirus, y la Biblioteca Nacional de Medicina proporciona una guía para evaluar información de salud.

– Vacúnate. Las vacunas contra COVID-19 reducen el riesgo de infección y de enfermedad severa. Y aunque todavía no está claro si las vacunas influyen en los síntomas a largo plazo en las personas que contraen infecciones de brecha, Biller dijo, "la prevención es la clave".

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Artículos de la American Heart Association News

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