En realidad, ¿qué tan saludables son las granadas?
Por Vanessa Caceres, American Heart Association News
Las granadas pueden ser un poco intimidantes. Abrirlas requiere cierta precisión. Además, ¿realmente merece la pena el trabajo de liberar todas esas bellas semillas rubí que tiene adentro? Los nutricionistas creen que sí.
"Las granadas tienen un alto contenido de fibra dietética y antioxidantes", afirma Penny Kris-Etherton, Profesora Universitaria Evan Pugh para Ciencias de la Nutrición de la Universidad Estatal de Pennsylvania en University Park.
El color rojo de la fruta procede de ciertos pigmentos vegetales llamados polifenoles que se encuentran en muchos alimentos de origen vegetal y que actúan como antioxidantes en el organismo, además de ayudar a combatir la inflamación y el envejecimiento. Al partir una granada, encontrará una gran cantidad de arilos rojos y redondos que tienen un sabor dulce pero ácido. Cada arilo contiene una pequeña semilla. Se pueden comer los arilos enteros o consumir solo el jugo y escupir las semillas, pero no se coma la cáscara ni las membranas blancas que los rodean.
Media taza de arilos tiene 72 calorías, 16 gramos de carbohidratos y tres gramos de fibra. Las granadas también tienen mucho folato, potasio y vitamina K.
Originarias de Irán y la India, las "joyas del otoño", como se le llama a esta fruta, se consideran en realidad una baya. Se cultivan principalmente en el Mediterráneo, el Medio Oriente, el sur de Asia y en partes de Arizona y California y, ya desde la antigüedad, se relacionaban con la abundancia, la fertilidad y la suerte.
Se cree que las granadas mejoran la salud del corazón, aunque según los Institutos Nacionales de Salud las investigaciones acerca de esta baya siguen siendo limitadas. Kris-Etherton dijo que el contenido de antioxidantes en las granadas podría ayudar a reducir la inflamación y, como resultado, promover la salud de las arterias. Sin embargo, aún no se sabe cómo esta fruta afecta las enfermedades cardíacas y es necesario estudiarla más a fondo.
En una evaluación de ocho ensayos clínicos de 2017, publicada en Pharmacological Research (Investigación Farmacológica), se indicó que el jugo de granada redujo la presión arterial sistólica y diastólica, y que el efecto se mantuvo incluso al consumir jugo de granada en diferentes cantidades. Los autores concluyeron que "puede ser prudente incluir el jugo de esta fruta en una dieta saludable para el corazón".
No obstante, en relación con los beneficios del jugo de granada para ayudar a reducir el colesterol, los resultados son contradictorios. En una evaluación de 2019 publicada en Complementary Therapies in Medicine (Terapias Complementarias en la Medicina), los investigadores examinaron 17 ensayos pero no encontraron ningún efecto significativo sobre el colesterol. También señalaron que era difícil comparar los estudios porque habían sido diseñados de formas distintas y no utilizaron cantidades constantes de granada.
Hay que tener en cuenta ciertas precauciones antes de volverse loco por las granadas.
En virtud de que pueden reducir la presión arterial, Kris-Etherton advierte que primero consulte a su médico si toma medicamentos para la presión arterial. Las dos cosas juntas podrían disminuirla demasiado.
Asimismo, las granadas podrían acortar la velocidad con la que el hígado procesa algunos tipos de medicamentos, como las estatinas que se utilizan para reducir el colesterol. Las granadas también pueden interactuar con el efecto anticoagulante de la warfarina, aumentando la posibilidad de la coagulación. Para tomar precauciones, hable con un profesional de la salud antes de consumir granadas regularmente, sea en forma de fruta o jugo.
De acuerdo con lo que han informado los Institutos Nacionales de Salud, un pequeño número de personas podría experimentar problemas digestivos, como diarrea, al consumirlas.
Evite comer la raíz, el tallo y la cáscara, ya que consumir demasiado de estas partes de la fruta podría no ser seguro.
Para la mayoría de la gente, las granadas ofrecen otra sabrosa opción para comer más fruta. En la tienda, busque granadas que se sientan pesadas y tengan una cáscara firme. Disfrútelas por sí solas o añádalas a batidos, sopas y ensaladas.
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