Por qué los expertos dicen que el buen humor nos conduce hacia una buena salud

Por Laura Williamson, American Heart Association News

Dimitri Otis/Stone, Getty Images
(Dimitri Otis/Stone, Getty Images)

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No se requiere ser científico para entender que la risa se siente bien, mientras que el enojo nos da sensaciones terribles.

No obstante, sí resulta necesario que los científicos nos expliquen por qué uno de esos sentimientos puede fortalecer el sistema inmunológico, mientras que el otro puede debilitarlo y hasta dañar el corazón y aumentar el riesgo de padecer demencia.

Sencillamente: "Nuestro estado de humor puede afectar la salud", dice la Dra. Erin Michos, directora de salud cardiovascular femenina de la Facultad de Medicina Johns Hopkins, en Baltimore.

En diversos estudios se ha demostrado que las emociones negativas, que incluyen ira, hostilidad y pesimismo, se vinculan con un mayor riego de padecer enfermedades cardíacas y una menor probabilidad de recuperarse si se sufren eventos como ataques del corazón. También pueden hacer que empeore la salud cognitiva.

Por el contrario, cada vez son más las investigaciones que demuestran que sentimientos como felicidad, optimismo, gratitud, el sentido de propósito o bienestar o la satisfacción en la vida, conducen a una mejor salud cardíaca y cerebral. Inclusive, en un estudio de 2016 publicado en Health Psychology (Psicología de la Salud, en español) se encontró que tener un cónyuge o pareja feliz podría mejorar la salud general de una persona, además de aumentar sus conductas saludables como la actividad física.

Existen muchas razones para esto, indicó Michos, cardióloga y coautora de una declaración científica que emitió recientemente la American Heart Association para presentar las formas en las que la salud psicológica afecta la salud cardíaca y cerebral.

Las emociones fuertes y negativas como la ira, y el estrés provocado por la ansiedad o la depresión, activan la amígdala, región del cerebro que maneja las emociones. También se activa la respuesta corporal de "pelear o huir", lo cual desencadena la liberación de cortisol y adrenalina, hormonas que hacen que el corazón lata más rápido y aumente la presión arterial, dijo. "Eso puede ser estresante para el corazón, sobre todo en personas que padecen enfermedades cardíacas subyacentes".

También puede hacer que las plaquetas formen coágulos de sangre y ocasionar que se desaloje la placa en el corazón o cerebro para luego ocasionar un ataque cardíaco o cerebral. El estrés prolongado también aumenta la inflamación y disminuye la respuesta inmunológica del cuerpo.

Esa respuesta biológica podría verse acrecentada por comportamientos nocivos, dijo Michos. "Las personas que tienen malos mecanismos para enfrentar el estrés pueden dormir mal, comer desmedidamente y ejercitarse menos".

Por otro lado, reducir el estrés mediante sentimientos positivos también afecta los circuitos cerebrales, afirma Jill Goldstein, fundadora y directora ejecutiva del Centro de Innovación sobre Diferencias Sexuales en la Medicina y profesora de psiquiatría y medicina de la Facultad de Medicina de Harvard en Boston.

Goldstein añadió que la atención plena, el sentido del humor y los mecanismos mentales para enfrentar situaciones, pueden ayudar a las personas a mantenerse más sanas por el hecho de reducir los niveles de cortisol que cursan por el cuerpo. En el caso de las mujeres, eso puede proteger la producción de estradiol, un tipo de estrógeno que puede ser importante para preservar la salud cerebral.

"También mejoramos nuestro sistema inmunológico cuando ayudamos a regular nuestra respuesta ante el estrés", comentó. "El cerebro habla con el cuerpo y lo calma haciendo más lentos la respiración y el ritmo cardíaco. Sin embargo, algunas personas pueden hacer esto mejor que otras".

Michos dijo que no solo es la ausencia o la reducción del estrés lo que le da al cerebro lo necesario para coordinar una buena salud en general. "El bienestar va más allá de no tener preocupaciones mentales", comentó. "La felicidad, el optimismo, tener un sentido de propósito, la gratitud, la atención plena; todas estas cosas se relacionan con una salud cardíaca favorable, independientemente de que se carezca de factores negativos".

Asimismo, en las investigaciones se ha demostrado que cualquier cosa que sea buena para el corazón, también es buena para el cerebro.

Michos indicó que no es necesario que las personas sean alegres o despreocupadas por naturaleza para beneficiarse de los resultados.

"Algunas de estas cosas se pueden aprender", comentó. "Se puede cultivar el pensamiento positivo, así como practicar la atención plena y buenos mecanismos para lidiar con la adversidad".

La experta añadió que mantenerse activo físicamente también ayuda a mejorar el estado del humor. Lo mismo sucede al pasar tiempo con amigos y familiares y al establecer una fuerte red de apoyo social.

Entre mejor se sienta la persona, mayor es la probabilidad de que mantendrá su salud, dijo Michos. "Las personas optimistas se cuidan mejor. Cumplen más con sus medicamentos y tienden a revisarse con su médico, y a comer mejor y hacer ejercicio".

Nunca es demasiado tarde para hacer una diferencia, dijo Goldstein. "Realmente es posible volver a entrenar al cerebro. Resulta un poco más difícil conforme se tiene más edad, pero sí es posible lograrlo".

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